A propósito de que recientemente se conmemoró el Día Internacional del Trabajador, el empleo de las personas con discapacidad es uno de los mayores retos. Y es considerablemente distinto en países más desarrollados.
En todos los casos la principal batalla de las personas con discapacidad radica en La inutilidad», todo se puede hacer con voluntad y contando con las herramientas de apoyo. Poder demostrar que el trabajo es dignidad y se logra a través del esfuerzo del día a día es una de las más grandes satisfacciones de los que consiguen un empleo y pueden demostrar sus talentos.
En cuanto a las empresas poder contar con más información para dar oportunidades y romper el paradigma de que una persona con discapacidad no es empleable. Dentro del seno familiar se debe incentivar a que consigan un rol profesional y fomentar que den su máximo posible para valerse por sí mismos.
El estado por su parte debe generar beneficios claros a nivel fiscal para que los aportes de los patrones sean un impulso para generar más oportunidades.
En este día el periódico el Economista de España destaca que : “Una de cada cuatro personas con discapacidad en ese país tiene empleo, según se desprende del estudio ‘Informe Olivenza 2017’ elaborado por el Observatorio Estatal de la Discapacidad (OED) y promovido por el Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad (CERMI) con motivo del Día Internacional del Trabajo.
Las personas con discapacidad sensorial mantienen tasas de actividad y empleo más altas que las personas con discapacidad intelectual (52,7 frente a 28,1 en tasa de actividad y 40,8 frente a 15,5 en tasa de empleo).
Existen países con mucha falta de información y estadísticas de este tipo, pero resalta la falta de igualdad e inclusión.
Esperamos el conocimiento de esta realidad sirva de empuje y conciencia para entender que podemos tener una vida de cambio, productiva y un ente que aporte en todos los sentidos creando buenos mecanismos de oportunidades en nuestras comunidades. Y fomentando la formación y el empleo.